Alejandro Paulino Ramos escribe acerca de una mujer que denunció los crímenes de Trujillo en 1946: Carmita Landestoy

 


CARMITA LANDESTOY: UNA MUJER CONTRA LA DICTADURA DE TRUJILLO 

Por: Alejandro Paulino Ramos

 Con "Yo también acuso" Carmita se adelantó 10 años a las denuncias de Galíndez 

      Diez años antes de que Jesús de Galíndez presentara su tesis “La Era de Trujillo” (1956), en la Universidad de Columbia de la ciudad de Nueva York, ya Carmita Landestoy había publicado, en la misma ciudad, su libro !Yo también acuso!(1946). Coincidentemente llegaron a la gran urbe con diferencia de un año, pues Carmita salió del pías en 1945 y Galíndez en 1946, y mientras estuvieron en Santo Domingo sirvieron al régimen trujillista. En sus libros, tanto Galíndez como la dama dominicana denunciaron la férrea dictadura de Trujillo, y aunque el primero documentó pacientemente lo que luego sería su tesis de grado, en el caso del libro ¡Yo también acuso! enaltece y llama la atención que fuera una mujer dominicana la que produjera esta importante denuncia, aporte valiosísimo de la lucha contra la tiranía, basándose en testimonios y vivencias de aquel oprobioso período. Lo peligroso y atrevido de su gesto fue lamentablemente confirmado, con el secuestro y posterior muerte de Galíndez en 1956, aun siendo él español y tener sólidos vínculos con los servicios de inteligencia norteamericanos.       

      Carmita Landestoy (Carmen Leonor Landestoy Félix), era hija de Tomás F. Landestoy Bobadilla y de Manuela Félix Pimentel. Nació en Baní el 10 de septiembre de 1894 y falleció en los Estados en 1988[i]. Residió en la ciudad de Nueva York desde agosto de 1927 hasta 1934. En enero de ese último año se fue a residir a Washington de donde regresó por la vía marítima y  por primera vez el 19 de junio de 1934[ii], ocasión que fue aprovechada por el Listín Diario para hacerle una entrevista, durante su breve estadía en la residencia de su amiga Hortensia Morales; poco días después se marchó a Baní, su tierra natal.

Regresó a Washington en octubre de 1934[iii], donde ya se encontraba integrada en representación no oficial, a las actividades de la Comisión Interamericana de Mujeres, de Washington, siendo de las mujeres que participaron en a ratificación de parte del gobierno norteamericano del Tratado de igualdad de nacionalidad para la mujer, firmado en la Conferencia de Montevideo[iv] y trataba de que se conociera en esa urbe la importancia de la República Dominicana, explicando que siempre se ha “interesado vivamente por todo cuanto se refiere a mi querida patria, tan poco conocida en esta gran nación americana”.


No queda del todo clara la forma en que su regreso a República Dominicana la motivó para que añorara regresar a su patria. Quizás sus lazos familiares, el recuerdo de los amigos, el amor a su país, y posiblemente el deseo de ser parte del movimiento feminista que en aquellos tiempos tomaba auge, impulsado por la sociedad Acción Femenina Dominicana, en la que participaban las más prestigiosas mujeres de la ciudad de Santo Domingo. Lo cierto es, que desde su regreso a Washington soñaba y expresaba sus deseos de regresar al lar nativo como queda evidenciado en su escrito publicado en el Listín Diario en noviembre de 1936 y en el que expresa : “En esas horas rítmicas se agolpan los recuerdos y galopan incontenibles en nuestra fantasía…entonces el querer siempre grande por la Patria lejana pone en el alma una ternura tan intensa que es casi dolor, y se llenan de lagrimas los ojos…Alma..Alma…que dolor (…).  Cómo se recuerdan con cariño los días lejanos en que asistimos a la humilde escuelita de Baní, el pueblo natal (…). Pero revolotea a nuestra vera la esperanza azul…las alas misericordiosas de la esperanza que parecen decirnos en su tenue aleteo “Quien sabe…quién sabe Alma, sino es tarde todavía!” 

Sus vínculos con el país, quedan evidenciados en las cartas que cada cierto tiempo enviaba desde Washington donde seguía residiendo y mantenía estrecho contacto con Plinio Pina Chevalier, cercano familiar de Trujillo y quien prestaba libros de su biblioteca. Sus artículos eran publicadas por el Listín Diario, periódico con el que, a partir de 1936, inició una permanente colaboración, la que consolidó a partir de su regreso en 1938 y en la exponía temas relacionados con la educación de los niños dominicanos en las escuelas primarias y la necesidad de su formación en el sentimiento nacional; su experiencia en la lucha por la igualdad de la mujer; destacaba las actividades de la Comisión Interamericana de Mujeres, de Washington; el merengue y la música dominicana; la reforestación; la prohibición de los desalojos y la comercialización de los productos agrícolas, además de exaltar los supuestos méritos morales, sociales, administrativos y políticos del dictador Rafael L. Trujillo, “centro e impulso de todo propósito de levantamiento nacional”.  . Estando en los Estados Unidos escribió:

§     La República Dominicana en el exterior. 14 enero 1936: 

§           La Republica Dominicana en el exterior. 1936. 16 enero de 1936.

§           Meditación. 12 septiembre 1936. 

§     Meditación. 13 Diciembre 1936.

§     Hacia el dominicano integral: algunos de nuestros rasgos psicológicos, económicos y sociales. 4 mayo de 1937

§     Hacia el dominicano integral. 1937. 31 mayo 1937

§     Desde Washington: Fundación de la Comisión Interamericana de Mujeres, el programa seguido y su influencia en el desenvolvimiento político y social de la mujer. 3 de junio de 1937

§     Hacia el dominicano integral: Nuestro merengue. Nuestra música. Sutiles detalles de cultura nacional. 14 junio 1937.

§     Hacia el dominicano integral: la obra de Amiama Gómez, la suave influencia de los árboles, la asimilación de lo bello por nuestras masas. 20 de junio de 1937.

§     Desde Washington: caminando por las calles de la ciudad capitalina. 23 junio 1937.

§     Carta publica al editorialista del Listín Diario. 30 junio 1937.

§           Desde Washington: Duele el Corazón!  6 agosto 1937.

§           Hacia el dominicano integral: no más desalojos. No más compra de cosechas a la flor. I. 15 agosto 1937.

1.                      Hacia el dominicano integral: no más desalojos. No más compra de cosechas a la flor. II.  22 agosto 1937

§           Hacia el dominicano integral: no más desalojos. No más compra de cosechas a la flor. III.  28 agosto 1937

§           Los árboles de Washington. . 29 agosto 1937.

§           Desde Washington: psicología, costumbres y paisajes del pueblo norteamericano. 13 septiembre 1937. 

§     Hacia el dominicano integral. 8 febrero 1938.

§     Excelente oportunidad para las mujeres latinoamericanas que se dedican al estudio en los EE.UU. 1938. 23 mayo 1938:

Habían pasado diez años de su salida de la República Dominicana, y estando de visita en La Habana ante de su regreso al país a mediado de 1938, escribió un artículo en el que exaltaba los aportes culturales aparecidos en el libro Al Amor del Bohío  de Ramón Emilio Jiménez, dando inicio de inmediato a su colaboración en el Listín Diario y se integró como promotora de las actividades culturales, feministas y de los intereses del régimen de Trujillo. Su colaboración con el Listín fue hasta abril de 1942, ya que el gobierno de Trujillo puso fin a la salida del que hasta ese momento era el diario más antiguo y prestigioso de la República Dominicana. 

Carmita Landestoy

Entre sus actividades más destacadas en el país[v], se cuentan su participo en una reunión de la Cámara de diputados, acompañada de mujeres destacas del país, para presentar al Congreso  un proyecto de ley enviado por Trujillo recomendando se estableciera la igualdad civil de la mujer dominicana. Fue maestra de escuela y en el ámbito del feminismo, participó de labores políticas, escribiendo y publicando artículos y libros, defendiendo la política de Trujillo y colaborando con varios medios impresos de comunicación tanto del país como del extranjero y durante la guerra civil española, se mostró partidaria de que el régimen abriera las puertas a la inmigración española, especialmente de los niños que estaban llegando a América, como una forma de aumentar la población dominicana. 

El 9 de abril de 1942, el periódico Listín Diario trajo la noticia de un “merecido homenaje” por haberse destacado en defensa de los ideales de Rafael L. Trujillo y por haber sido una defensora de los ideales de igualdad de la mujer dominicana desde que se encontraba en el extranjero[vi]. Además, Carmita fue responsabilizada por Trujillo de dirigir los trabajos de asistencia social del Partido Dominicano, lo que le permitió establecer el desayuno escolar, los Clubes de Madres, las Juntas de Visitadoras Sociales y las Escuelas Nocturnas para Adultos. 

Entre los artículos publicados en el Listín Diario se encuentran:

§     Recuerdos de Washington. 20 agosto 1938.

§     La igualdad civil de la mujer.  30 noviembre 1940.

§           Palabras de la Sra. C. Landestoy en el acto de la C. de Diputados. 21 julio 1941.

§           Hermoso discurso de Carmita Landestoy en el Teatro Independencia.  Agosto de 1941.

§           Un merecido homenaje. 5 abril 1942.

Desde su regreso en 1938 y hasta y 1945 se integró como “fiel admiradora” a la promoción de la ejecutoria del gobierno de Trujillo y defensora de los intereses feministas. Caminó el país como conferencista, fundó la revista Hogar y el periódico Predica y Acción; estudió en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Santo Domingo y publicó el libro Temas históricos, así como el Libro de lectura, dirigido a la educación de los niños. 

Las razones que la llevaron a salir del país en 1945 debieron ser angustiante, pues habiendo ella vivido en los Estados Unidos y conociendo el valor de la democracia y la libertad de pensamiento, debió haber sido para ella una situación muy difícil y más si se tiene en cuenta del impacto de la segunda guerra mundial en la lucha contra el fascismo y las dictaduras, tanto que el mismo Trujillo se vio obligado simular una falsa apertura democrática que casi nadie creyó, pero que le sirvió a Trujillo para identificar los sectores partidarios de la democracia y del socialismo, obligando a que muchos tuvieran que marcharse del país a partir de 1946, coincidencialmente el año en que Carmita publicó dos ediciones de ¡Yo también acuso! En las ciudades de Nueva York y La Habana.

Leyendo las correspondencias que Carmita Landestoy envió a Trujillo para justificar su salida del país sin provocar la ira del tirano, se nota el cuidado puesto por ella en resaltar permanentemente la enfermedad de su madre, que también residía en los Estados Unidos. Esa situación devino en la excusa para su salida del país cuando cayó en desgracia con el régimen, a finales de 1944.      

      En ese año perdió su trabajo y comenzó a ser aislada, como sucedía con todos los intelectuales que servían a la dictadura cuando alguien provocaba la duda. En carta del 19 de diciembre de 1944 le escribió a Trujillo diciéndole: “Dada la circunstancia de que yo me hallo ahora sin trabajo y sin recursos con qué hacer frente a las necesidades de la vida, además, que me es forzoso producir para hacer llevaderos a mi anciana madre, quien se encuentra en largo lecho en un hospital de Nueva York, (…), le suplico intervenir para que la Secretaria de Educación y Bellas Artes me compre la propiedad literaria de dicho libro, o me ayude, al menos, en cualquier otra forma que usted considere oportuna. Es favor que espera merecer la suscrita, que no tiene más orgullo que el de ser devota trujillista y una subalterna política suya a quien el deseo de servir a usted del mejor modo posible la ha hecho victima de acusaciones cuya injusticia sabrá Dios tomar en cuenta a quienes supieron urdirlas, sin otro propósito, sin duda, que alejarme de su protección y privarme de su honroso aprecio”[vii].          

      Tres semanas después, el 5 de enero le escribió a Trujillo nuevamente, pues estaba imposibilitada de “verlo personalmente”, pidiéndole le permitiera pasar a los Estados Unidos para ver a su madre “que está seriamente enferma”, y en julio del mismo año volvió a dirigirse a Trujillo, desde los Estados Unidos, diciéndole que iba a permanecer algunas semanas más en ese País, hasta que su hermana Consuelo se restableciera de una enfermedad. Un ejemplo para edificar el miedo que en aquellos tiempos sentían los que eran considerados opositores al régimen, aún estando fuera del país, fue el caso de Pedro Mir, quien a su salida del país se radicó en Cuba: para evitar algún daño físico contra el poeta y posiblemente para protegerlo, Héctor Incháustegui llegó a escribirle a Trujillo pidiéndole que no tomara en cuanta sus actividades en Cuba, y diciéndole que este estaba loco y en manos de siquiatras. 


Yo También Acuso!: Rafael Leonidas Trujillo tirano de la Republica Dominicana


¡Yo también acuso! Fue enviado a la imprenta en julio de 1946, pero ya en diciembre de 1945, cuando su autora preparaba la edición, el gobierno de Trujillo puso en circulación un opúsculo “Mis relaciones con el presidente Trujillo” (1946), denunciándola como la trujillista que había sido, intercalando sus cartas dirigidas al tirano.   

      A esta publicación se refiere Carmita cuando dice en el prologo de su libro: “Ya en prensa este libro, recibo el primer pasquín de Trujillo, una forma nueva: Un folleto titulado “Mis relaciones con el Presidente Trujillo”, que ha publicado en mi nombre en Santo Domingo y que ha enviado a New York y Washington para ser distribuidos por sus esbirros. La primera página no es mía, no lleva mi firma, le siguen una parte solamente de mi correspondencia, y algo de mi labor periodística y termina con su pasquín. Debía haber pensado que el que “tiene techo de vidrio no tira piedras al vecino (…). Use el lenguaje obligado bajo su tirana (…)…Yo soy responsable de mis actos: …Yo soy la única dominicana que está haciendo una labor periodística en el exterior por los derechos humanos, esto es, contra las tiranías, por tanto yo bien sé que Trujillo usará todos los medios que pueden pagarse con dinero para el descrédito moral de mi persona y para suprimir mi vida. (..). Me han amedrentado con llamadas telefónicas y calumniadas con mis amistades. “A mi no me asusta la muerte”.          


      El pasquín a que se refiere Carmita dice lo siguiente: “Ciudad Trujillo, Nov. 22 de 1945/ Sra. Carmita Landestoy, Ciudad. Carmita. He sabido que vas a publicar una obra que llena de risa tu propósito porque todo el mundo sabe que tú no eres escritora ni nada que se parezca. Lo que todo el mundo sabe es que eres una aventurera que siempre ha vivido cómodamente engañando al prójimo y haciéndote pasar por feminista, cuando tu solamente eres una masculinista, porque….(a buen entendedor pocas palabras bastan)./ Tu debes reformar tu conducta social acomodándote con un solo hombre, para que tu nombre no ande de boca en boca, siendo escarnio y descrédito de la familia Landestoy. / (fdo). Una amiga que te estima”  

      Los servicios de inteligencia del dictador conocían, al parecer, del contenido del libro de Carmita y de ahí su campaña de descrédito. En las 162 páginas de su obra, la autora insiste en demostrar a través de informaciones obtenidas de segunda manos y de sus vivencias durante ocho años en el país, que Trujillo era el más cruel dictador de América Latina: 

      La obra, publicada en la imprenta Azteca Press, de Nueva York, consta de cinco partes y cincuenta y cuatro temas. Entre los textos que más llaman la atención, se encuentran: La tiranía de Trujillo, Como dispone de la vida, de la Honra, de la Hacienda; la personalidad de Trujillo, los homenajes a Trujillo, el Progreso Material, la Modernización del Ejercito, la construcción de escuelas, carreteras y edificios, los monopolios de la leche, la sal, del arroz, de la carne, de los frutos, del pescado, de los materiales de construcción, la compra de los sueldos, el apoyo de Trujillo en las Leyes, el Partido Dominicano, la cédula de identidad, la filosofía del régimen, el espionaje y violación de la correspondencia, y el descrédito de los dominicanos.     

       Este libro no circuló en Santo Domingo, como debe de suponerse, y son pocos los intelectuales y especialistas en el tema de la dictadura de Trujillo, que han oído hablar de él. En los depósitos del Fondo Antiguo de la Biblioteca de la UASD encontré, casi perdido, un ejemplar que perteneció a la biblioteca particular de Roberto Despradel., correspondiente a la edición hecha en los Estados Unidos; en la biblioteca de la Sociedad Amantes de la Luz, se encuentra un ejemplar de la edición publicada en La Habana en 1946.      

Alejandro Paulino Ramos

Se podrá argumentar a favor o en contra acerca de las contradictorias actividades políticas de Carmita Landestoy, pero no se podrá poner en dudas de que, con su publicación, provocó la más certera denuncia contra la dictadura hecha por una mujer, cuando la práctica política en nuestro país siempre ha sido privilegio de hombres. Carmita Landestoy,  falleció en el Distritito de Columbia, el 23 de marzo de 1988.



[i] Información del Ingeniero Antonio Guerra, especialista en genealogía de la República Dominicana, quien me entregó copia del árbol genealógico de Carmita Landestoy y además aporta el dato de que ella vivió por algún tiempo en Cuba.

[ii]  Véase. Algunos minutos de conversación con la Sra. Carmita Landestoy a su llegada a esta Capital. Listín Diario del 21 de junio de 1934

[iii]  En la revista Femina  No. 170, de octubre de 1934, apareció una nota de despedida.

[iv] 14 junio 1934. Carta pública al Listin Diario.

 

[v]  Visitó los Estados Unidos en gestiones personales  en 1941.

[vi]  Merecido homenaje. Listin Diario, 9 de abril 1942-

[vii] Véase Mis relaciones con el presidente Trujillo…..

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