El Chino Bujosa Mieses: cronista visual de la ciudad Primada de América

 


El Chino Bujosa cuenta con imágenes fotográficas la historia de la zona colonial

Por: Alejandro Paulino Ramos

Un duende recorre días y noches las antiguas calles de la ciudad primada de América, transitando rincones oscuros marcados por la historia colonial de Santo Domingo. Un ser viviente que lucha por exaltar cada pedazo de la zona colonial; alegre, sonriente, amable y rebelde, que armado de su potente cámara apunta con la precisión del que persigue capturar, con certero disparo, la memoria que se va perdiendo entre las centenarias paredes de piedra de las viviendas, los campanarios de bronce y los monumentos del sector capitalino que lo vio nacer y crecer. Ese duende amigo de todos, solidario, luchador por la democracia, enemigo de las dictaduras, tiene un nombre sencillo, cargado de historia política y social:  José Bujosa Mieses, al que todos conocemos como “El Chino Bujosa”, que por décadas, todavía hoy a sus ochenta años cumplidos, peregrina por la zona intramuros alimentando su vocación de servicio y su afán por registrar cada detalle de, lo que en palabras de Francisco Moscoso Puello, fue el “Navarijo”, o en las de Veloz Molina, “La Misericordia y sus contornos”.



 Una ciudad cargada de gloria

 Pero nada es casual. Todo se va construyendo con la vida: José Bujosa Mieses ama la ciudad colonial de Santo Domingo, sufre la  desdicha y el abandono de su histórico barrio, al que muchas veces por indolencia o por la falta de interés de autoridades municipales, lo llevan a expresar el desaliento; pero también a través de las imágenes aprehendidas, aquellas fotografías capturadas al caer la tarde de un domingo cualquiera, nos habla de la esperanza de que todo será mejor en el mañana para esos monumentos, casas y calles coloniales, cuajados  de momentos de gloria: pruebas vivientes de que fue en la histórica Puerta de la Misericordia donde la noche se espantó ante el retumbar del trabucazo que anunció en 1844 el nacimiento de la República Dominicana, y que también sus calles y murallas fueron testigos y  todavía conservan las huellas de la gloria, respuestas de aquellos disparos combatientes en la lucha por la soberanía, en abril de 1965, registrados por la incansable cámara y preservada en los archivos de José Bujosa Mieses.

La Colección de fotografías atesoradas en la colección de imágenes con la que El Chino rescata el presente para preservar la historia lo han convertido en el fotorreportero del sector colonial de la ciudad de Santo Domingo, condición alcanzada por su profesionalidad y por la dedicación centrada en el paisaje de una zona urbana preñada de memoria histórica. Una labor titánica, pero ignorada casi siempre por las administraciones municipales que se empeñan en desconocer sus aportes y el valor registrado en los miles de retratos de “la ciudad amurallada” que ya forman parte del repertorio logrado hasta hoy por nuestro solitario camarógrafo, y todo esto sin recibir apoyo de nadie ni  beneficio pecuniario alguno. 

 Imágenes de hoy que narran el  ayer

Chino Bujosa es un profesional de la comunicación. Un artista de la fotografía, periodista-fotorreportero que laboró en importantes medios informativos impresos, y disfruta plasmando con imágenes los  acontecimientos de la cotidianidad, las empedradas calles que apuntan hacia Villa Francisca, el entorno de la plaza central de la ciudad colonial con su catedral y fortaleza recostada contra el río Ozama, la muralla que mira hacia el oriente con su reloj del sol, la Plaza España, el Panteón Nacional donde reposan los héroes de la Patria….


José Bujosa Mieses asume con responsabilidad su labor desinteresada, se esfuerza con su cámara para contar la historia, desandando por los estrechos pasillos de un cementerio municipal que ya tiene más de 150 años de historia, pero parece que no tiene dolientes; reclamando que lo  limpien de la inmundicia que lo cubre, que rescaten las tumbas destruidas, identifiquen las que han perdido sus tarjas centenarias, desyerben sus senderos y entorno abandonado. El cementerio municipal de la avenida Independencia es una parte de la memoria histórica de los que habitaron la zona colonial, por lo que El Chino reclama en cada conversación, que los ediles del Ayuntamiento les presten, de manera definitiva, su atención. 

Quién es El Chino Bujosa?

 Al José Bujosa Mieses, que nació en 1942, todos lo conocemos como el militante de la izquierda revolucionaria que integró la oposición a la dictadura, se destacó en la lucha estudiantil en los días posteriores a la muerte del dictador Trujillo Molina, cuando todavía no había cumplido los veinte años; formó parte de la juventud que declaró al sector de “Ciudad Nueva” como “territorio libre de Santo Domingo” en 1961, que dio vida a la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) y enfrentó a los cuerpos represivos del régimen en la transición a la democracia. Destacado dirigente de la agrupación estudiantil Fragua, “sus ideas revolucionarias de izquierda lo condujeron a militar en organizaciones contestarías a todo régimen negador de las libertades públicas”, defendiendo los derechos ciudadanos, la libertad de prensa y de pensamiento.


Presente en jornadas populares contra el gobierno ilegitimo del Triunvirato, apoyando a los guerrilleros del Movimiento Revolucionario 14 de Junio en 1963, participó en los comandos constitucionalistas durante la guerra de Abril de 1965. Finalizada la contienda cívico-militar ingresó a la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde estudió la carrera de periodismo. En la cárcel, prisionero durante cuatro años por su oposición al régimen de Balaguer y por ser uno de los principales dirigentes estudiantiles de la época de los doce años, bajo la consigna “de la cárcel a la FED, el Chino Bujosa es”,  alcanzó la secretaria general de la Federación de Estudiantes Dominicanos en las elecciones estudiantiles universitarias.

Posteriormente, ejerció el periodismo en El Nuevo Diario, medio de prensa en el que llegó a ocupar la  dirección de información. Por igual, laboró en el Listín Diario, La Noticia, y en el semanario Firme. Productor de de radio y televisión, actualmente dirige el programa Portavoz, en el Canal 35; también se ha desempeñado como relacionista público y en la dirección de prensa en instituciones del Estado.

En su condición de comunicador fue presidente del Colegio Dominicano de Periodista (CDP), dirigente y fundador del Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales (SNPP), además de directivo de la Federación Latinoamericana de Periodista (FELAP), con destacada participación como corresponsal de guerra en el conflicto armado de Nicaragua en 1979.

Como comunicador de mucha experiencia, lo que apasiona al Chino Bujosa es la fotografía; vocación descubierta a través de su labor como reportero gráfico y productor de documentales, entre los que se destacan: “Rumbo al Poder”, “Viacrucis” y  “7 Días con el Pueblo”. Algunos de sus documentales han sido exhibidos en salas de cine del país y  en el extranjero. Fue de los  fundadores del Instituto Dominicano de Cine y Televisión (IDOCIT).


 Raíces de un  artista de la fotografía

 Desde muy pequeño José Bujosa Mieses se dedicó al arte fotográfico: “En mi colección, todas las fotos relacionadas con mi niñez, la adolescencia, familiares, personales, paisajes, callejeras—nos cuenta El Chino—son de mi autoría; en las que aparezco fueron tomadas con el disparador en automático.  Empero, mis fotos estuvieron ausentes en la “Guerra del 24 de Abril de 1965”. Para mí el momento era de las armas y la defensa a la Constitución—violada—y la soberanía nacional. Tengo apenas pocas fotos de esa epopeya, pero no mías sino del lente de Milvio Pérez (el fotógrafo de la guerra) y otras tomadas por desconocidos. No así ocurrió en los 12 años de Balaguer y en la guerra de liberación de Nicaragua donde me estrené como reportero de guerra, allá por los años finales de la década de los setenta. Lo mismo ocurrió cuando caía prisionero político del “balaguerato”. De esta prisión, cuando estuve en la cárcel de La Victoria, guardo muchos recuerdos gráficos de otros fotógrafos que siguieron mi viacrucis carcelario trabajando para los medios de comunicación”.

“En los últimos tiempos—sigue narrándonos Chino Bujosa—me he enfocado en la realización de imágenes de la Ciudad Colonial. Tengo un gran amor por esa zona que me traen tristes y alegres recuerdos. En ella nací, crecí, estudie, lloré y luche por mi patria en aquellos días difíciles de la epopeya de Abril que me sorprendió residiendo en la casa materna, en la calle arzobispo Nouel esquina Santomé, en un edificio de tres plantas que todavía existe y que se ganó el sobrenombre de “la Casa de los Bujosa” por aquellos allanamientos ocurridos durante los años de la dictadura de  Trujillo y posteriormente durante el régimen de Joaquín Balaguer.

Esta vivienda familiar, la casa que ya forma parte de la historia del movimiento de izquierda, se convirtió en un comando logístico durante la guerra patria. En ella se prepararon las mochilas y otros pertrechos guerrilleros de los muchachos del Catorce de Junio, cuando decidieron con Manolo Tavárez Justo, subir a “las escarpadas montañas de Quisqueya”. Mi madre, Marina Mieses de Bujosa, era una líder-madre de las muchachas del IJ4 que visitaban la vivienda con mucha frecuencia a escuchar los consejos sanos y revolucionarios de ella y a realizar las tareas del Partido. Mujeres como Teresita Espaillat, Elsa Justo, una que le llamaban La Rusa, las hermanas Paniagua, Rossi y Josefina, Sonia Vargas, Iberia y  Fiume Gómez entre otras, eran miembros de la rama femenina del Movimiento 14 de Junio  y de la Federación de Mujeres Dominicana (FMD).

 El Chino Bujosa se dedicó al periodismo durante los doce años de Balaguer y lo hizo como redactor y reportero gráfico del El Nuevo Diario, en el que encontró compañeros como Pedro Guzmán, que fue quien lo enseñó a focalizar los ángulos más atrevidos en la imagen periodística. Su labor en ese medio informativo motivó su inclinación por la fotografía de prensa, y por las gráficas que resaltaban los textos que acompañaban las imágenes.

 Fiel doliente de la zona colonial

En cuanto a la intensa labor fotográfica que lo ha llevado a convertirse en el cronista visual de la ciudad colonial, El Chino la  justifica por haber nacido y crecido en la zona, lugar en que se encuentran enraizados sus más bellos recuerdos, y de la que dice considerarse “su más fiel doliente”: “Con mis fotos de la ciudad colonial quiero dejar una huella indeleble a las presentes y futuras generación de mi ciudad, calle por calle, callejón por callejón, monumento por monumento, reliquias arquitectónicas que aún se conservan, como el edificio “Diez”, la “Casa Velázquez”, los edificios “Baquero”, “Copello”, “Cerame”, la “Puerta del Conde”, “La Atarazanas”, la “Plaza España”, la ruinas de San Francisco de Asís, del hospital de Barís, la calle El Conde, las calles Arzobispo Meriño, Isabel la Católica, los parque Colón, Pellerano Castro, Independencia con su mausoleo a los padres de la Patria y sus bustos a los héroes de la Restauración de la República; los templos católicos con la Catedral a la cabeza, las calles Padre Billini, 19 de marzo, Las Mercedes, Duarte y las vías que componen a “la invencible Ciudad Nueva”.

 “Hoy, continúa diciéndonos, los que vivimos en la zona colonial podemos disfrutar de nuestra bella ciudad—que merece una mejor atención—pero mañana, tal vez, toda esta belleza arquitectónica de sus viejas casonas coloniales, sus campanarios, plazas y monumentos podrían desaparecer y entonces mis fotos serían el mejor ´´regalo´´ para los que no la  conocieron ni la vivieron. Esa ciudad fundada en los tiempos de Bartolomé Colón,  diseñada por el comendador Nicolás de Ovando está cargada de historia, memoria viviente de una zona que merece mejor suerte.

 Aporte ignorado por las autoridades

 Bujosa está convencido de que existe una legión formada por cientos de sus seguidores en las redes sociales y amigos entrañables que  valoran positivamente y  reconocen el trabajo que él viene realizando desde hace décadas;  pero lamenta la poca atención prestada por las autoridades del Cabildo del Distrito Nacional y del Ministerio de turismo, a los que parece no les importa el esfuerzo permanente que realiza proyectando nacional e internacionalmente la belleza y la simbología histórica expresada en los monumentos de la vieja ciudad colonial:  “Mis fotos son vista por millones de personas en el mundo y se traducen en un referente gráfico de nuestra cultura arquitectónica, de nuestra historia y del ambiente de seguridad que gozan los turistas que nos visitan”.

Un artista enamorado de su arte

El Chino dice sentirse bien con el trabajo espontáneo y desinteresado que viene desarrollando a favor de su sector, proyectando la  antigua y bella ciudad de Santo Domingo. Su labor la considera como un aporte con el que contribuye a la promoción turística y a la economía del país, pero en especial a que sus imágenes se han convertido en un referente para la memoria histórica de los dominicanos: “Ya no encuentro un lugar de nuestra Ciudad Colonial para retratar; he tomado fotos hasta en sus áreas soterradas, en los túneles cargados de leyendas,  los que se corresponden con el viejo acueducto de los tiempos de Nicolás Ovando, en el siglo XVI. Pero mis imágenes buscan también llamar la atención de las autoridades municipales cuando publico calles y aceras destruidas, casas que por su antigüedad se han convertido en peligro público; alambradas eléctricas desordenadas, desagües tapados, basuras, la calle El Conde sucia, prostitución campante y sin control social”.

 Pero José Bujosa no solo lamenta la falta de atención del Cabildo y del Estado, también la falta de apoyo de los dueños de tiendas y restaurantes, los altos precios de los productos y mercancías, que afectan a los turistas y a los residentes del sector.

Como parte de su afán, ha promovido la realización de un gran carnaval de la Ciudad Colonial, que, aunque existe, pero carece de apoyo de las autoridades municipales de turismo y del empresariado para que se convierta en un atractivo internacional de “la primada de América”.

Insiste, llamando una vez más la atención: “He mantenido una campaña constante para que las autoridades del cabildo local y turismo restauren el viejo cementerio de la Avenida Independencia y lo conviertan en un Museo al aire libre como existe en otros países. Sabemos que ese campo santo fue fundado en el 1824, en la época de la dominación haitiana y que en su suelo reposan los restos de figuras señeras de nuestra historia, cultura, literatura, magisterio, música, héroes de la Guerra Restauradora y de Abril; en fin, el cementerio municipal de la Avenida Independencia es un lugar que debe ser declarado patrimonio cultura de la Ciudad de Santo Domingo. Pero no hay oídos receptivos que escuchen los lamentos de los difuntos que desde sus tumbas claman justicia ante el abandono de sus mausoleos y la arrabalización del lugar”.


El Chino Bujosa es un hombre de acción. Uno de esos personajes incansables, comprometido con las mejores causas, que sigue defendiendo sus ideas de libertad y progreso a favor de la sociedad dominicana.
  Uno de los imprescindibles en el proceso político-social de los últimos sesenta años, que desde décadas se mueve en la antigua ciudad armado de su inseparable cámara, dispuesto a registrar a cada paso la historia y el presente de la ciudad colonial que lo vio nacer, a la que dice amar como si fuera su propia vida. Ese es este hombre que camina como duende desandando calles y callejones de una zona colonial que espera por un mañana mejor.

José-Chino-Chino Bujosa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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