Alejandro Paulino Ramos escribe: Primeras Publicaciones Literarias Dominicanas


El periódico El Oasis está considerado como el
primero en abrir sus páginas a la literatura

"Primeras Publicaciones Literarias en la  Historia Dominicana, 1844-1861"

Por: Alejandro Paulino Ramos

 El inicio de la vida republicana en 1844, después de veinte y dos años de presencia haitiana, facilitó el surgimiento de las actividades literarias encabezadas por jóvenes dominicanos. En aquellos días de la Primera República, un periódico publicado por La Sociedad Amantes de las Letras trajo el siguiente lema: “Aquí no se escribe porque no se lee y no se lee porque no se escribe”, reflejo de las dificultades educativas y culturales de aquellos días.

 Entonces fueron las sociedades culturales-juveniles, las más activas en el propósito de acercar el libro, los periódicos y las revistas a la sociedad. Existió en esos jóvenes un marcado interés en el desarrollo del progreso intelectual y en la consolidación de la libertad, mientras los que dirigían el país se mostraban conservadores y enemigos del conocimiento, llevando a muchos de los directivos de las sociedades a la cárcel y otras veces al exilio.

 Fue la Sociedad Amantes de las Letras, a la que perteneció Manuel de Jesús Galván, José Gabriel García y Manuel Rodríguez Objío , la que en 1854 publicó el periódico “El Oasis”:

 

El Dominicano, de carácter político, es uno de los primeros
impresos de la Republica Dominicana

“El Oasis” (1854-1855). La primera publicación literaria de la República Dominicana. Se autodefinía, diez años después de proclamada la Independencia Nacional, como un periódico fundado por escritores y con fines propiamente literarios; órgano de  la Sociedad de Amantes de las Letras. Circuló en la ciudad de Santo Domingo el 26 de noviembre de 1854. La agrupación responsable de su publicación surgió en diciembre de  1854, con Manuel de Jesús Galván como presidente  y Apolinar de Castro como vicepresidente. También formaban parte de la  directiva: Joaquín María de Castro, José María Bonetty, Manuel María Santamaría, Manuel Antonio Moreno, Pedro de Castro hijo, Eugenio Perdomo, Manuel de Jesús García, Manuel de Jesús Heredia, Alejandro Román, Federico Pérez, Enrique Guzmán Galicia, José Antonio Bonilla, Manuel María Pellerano, Francisco González, y  José Gabriel García. El grupo tuvo como sede, durante décadas, el ex Convento de Jesuitas.[1]

 En el “Proemio” insertado en la primera edición,  en el que se abordaban los propósitos, quedaron establecidas las intenciones de “no tratar nuestra política interior, ni cuestiones religiosas. Lo primero quitará gran parte de su interés a “El Oasis”, estamos convencidos de ello, pero en cambio no estaremos arriesgando a los tropiezos que en el ardor e inconsideración de nuestros veinte años, infaliblemente encontraríamos en materia tan espinosa y delicada. Lo segundo requiere una más laxa explicación. Por no tratar cuestiones religiosas, queremos dar a entender que siendo incompetente a nuestra prematura edad erigirnos en predicadores, que analizando los misterios del dogma atraigan al aprisco las ovejas extraviadas, y abran los ojos a los obcecados, no se nos verá nunca entablar polémicas sobre creencias, ni disertar sobre Religión en razonamientos originales. (….). El principal, el único, el verdadero objeto de “El Oasis” es poner en evidencia y hacer brillar la juventud dominicana. Por consiguiente, a más de dar lugar a las producciones del país en sus columnas, como ofrecemos en el proemio, pondremos todo empeño en que nuestros artículos literarios tengan una utilidad manifiesta para todos los dominicanos”.[2]

 Entre las secciones aparecidas en su primer número, aparecen “Noticias Extranjeras”; “Crónica Interior”; “Programa”; y unos versos en rima que se refieren a  la aparición del periódico: “Señores, vuestra atención/ El que suscribe reclama,/ Que vais a oír el programa/ De nuestra publicación./  Tiene ya la Redacción/ Tal copia de materiales,/ Que mil cosas esenciales/ De por fuerza callaremos,/ Y muy concisos seremos/ En nuestros editoriales./ Artículos de costumbres/ Tendremos tan excelentes/ Que a más de cuatro insolentes/ Daremos mil pesadumbres”.

 

El medio literario tuvo veinte tiradas y apareció por primera vez en noviembre de 1854; pero su última salida, el número 20, correspondió al 25 de marzo de 1855, pues debido a la situación política que se vivía en Santo Domingo en aquellos días, sus directivos decidieron cesar en sus actividades. Los conflictos que obligaban a tomar esa determinación, guardaban relación con  la firma del  tratado dominico-español de febrero de ese año, y las actividades del cónsul José Antonio Segovia a favor de los seguidores de Buenaventura Báez.

 El “Oasis” tuvo una segunda época, a partir de mediados de 1855, iniciada por algunos de los que antes formaron la directiva de la Sociedad en 1854; pero reapareció alejada de los fines literarios, acogiéndose a intereses políticos, y definiéndose como  un “periódico político, literario, religioso y mercantil”. Esto, evidentemente, era contrario a la línea editorial trazada en noviembre de 1854.

 “Revista Quincenal Dominicana” (1860).

 Posterior al “Oasis”, circuló el 1 de  enero  1960 la segunda publicación literaria, la primera en nombrarse como “revista” en la historia de las publicaciones periódicas de Santo Domingo: la “Revista Quincenal Dominicana”, de carácter político-literario, religioso, industrial y mercantil. La revista era vocera de la Sociedad Amantes de las Letras, que también publicó en 1860 revista literaria “Flores del Ozama”. Esta uultima había aparecido en 27 de febrero de 1959 como vocero político-literario, educativo y de artes, dirigidos por Jesús Heredia. Entre sus redactores se encontraban Eugenio Perdomo y Manuel Rodríguez Objío.

 La Sociedad Amantes de las Letras, que reunía a jóvenes intelectuales nacionalistas imbuidos del nacionalismo de la época, que celebraba que ya la República estaba libre” de toda invasión demagógica y de toda invasión exterior”, propugnaban por una prensa “disolvente de las ideas retrogradas” y “auxiliar de los pensamientos benéficos” mediadora “entre la opinión pública y el poder”.

 La Sociedad también se hizo cargo del periódico literario “Las Flores del Ozama” (1859), “periódico puramente literario y que ha interrumpido su salida hace algunos días está a cargo de los Redactores de la Revista,  y saldrá en lo adelante ad libiturn; pues deseando hacer más extensiva nuestra publicación, la Revista Quincenal, no será como las “Flores del Ozama” un periódico puramente literario y se ocupará además de la revista política del interior, del movimiento mercantil y de las noticias extranjeras”. [3]Al mencionar a la revista política del interior, lo hacía para anunciar el interés de abrir sus páginas a los redactores del periódico “La República” que se publicaba en el Cibao pero que había cesado en sus salidas.

La Revista Quincenal Dominicana esta considerada 
como la primera revista de la Republica 
Dominicana

 El número 1 de la Revista Quincenal, además de artículos de interés general, trajo la sección “Parte Literaria” con el título “Un remedo de Poesía”,  dedicada a una jocosa crónica sobre la autoría de un poema supuestamente desconocido. En la edición número 2, además de la continuación de “Un remedo de poesía”, insertó un escrito dedicado al “Teatro de la Sociedad Amantes de la Letras”, para lo cual abrió una suscripción con el fin de que los interesantes apoyaran económicamente el referido teatro, campaña que fue continuado en números sucesivos,  y la “Parte Literaria” público el “El hombre” de Benito Pina y el poema “A Emira”; en la sexta salió el poema “El Ángel del Desamor” y  un soneto de Javier A. Guridi dedicado a Monseñor Gabriel B. Moreno del Christo, que recién acaba de fallecer.

 Al parecer la publicación dejó de circular a partir del 21 de agosto de 1860 cuando iba por el número 15. En esa edición apareció la sección “Literatura” en la que se publicó el dialogo “El casamiento de Moliere”, “La revista se vio precisada a abandonar la escena pública por falta de independencia” en agosto de 1860.[4]

 Desde el 18 de marzo de 1861 hasta 1865 el país permaneció bajo la condición de Provincia en Ultramar de España, fruto de la anexión con que el general Pedro Santana comprometió la independencia y soberanía de la República, en el que aparecieron algunos medios culturales . Pero de ese período hablaremos en un próximo escrito.

 


[1] Emilio Rodríguez Demorizi, Sociedades, cofradías, escuelas, gremios y otras corporaciones dominicanas. Santo Domingo, Academia Dominicana de la Historia, 1975, p.64.

[2] “Proemio”. El Oasis, Ob. Cit.

[3] “Revista Quincenal Dominicana”. Revista Quincenal Dominicana, trimestre 1, No. 1, 1 de enero 1960.

[4] Marcos A. Paulino, Publicaciones dominicanas desde la colonia. Santo Domingo, Editorial del Caribe, 1973, p. 33-

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