GUERRA DE ABRIL DE 1965: LOS MUERTOS QUE NUNCA SE PUDIERON CONTAR.
GUERRA DE ABRIL DE 1965: LOS
MUERTOS QUE NUNCA SE PUDIERON CONTAR.
Los historiadores dominicanos han
calculados el número de muertos durante la Revolución de Abril en unos 5,000,
incluyendo civiles y militares; pero no existe una estadística exacta y creíble
de las personas que perdieron las vidas o desaparecieron en la contienda civil,
ya que los organismos oficiales no pudieron determinar el paradero de cientos
de desaparecidos y además, porque muchos civiles fueron asesinados, sus cuerpos
desaparecidos y los familiares, posiblemente por miedo, no reclamaron sus
cadáveres ni indagaron sus paraderos. En los días posteriores a la revolución
de Abril se habló de enterramientos en fosas comunes en la zona de Yamasa y la
Victoria, así como en otros lugares en la periferia de la Capital, pero eso
nunca pudo ser confirmado.
En el periódico Listín Diario
del 9 de noviembre de 1965, apareció la información dada por la Cruz Roja
Internacional: 2,850 dominicanos muertos entre el 24 de abril y el 12 de julio,
aunque se aclara que la cifra pudo ser más elevada. “No se ha registrado el total
porque muchos muertos fueron recogidos por los familiares y algunos enterrados
en el mismo lugar donde morían”.
En medio de la contienda, la Cruz Roja realizó 150 incineraciones y recogió 3,000 heridos, los que fueron trasladados en ambulancias y otros tipos de vehículos a los distintos hospitales y clínicas privadas; efectuó 4,000 evaluaciones de personas y realizó 4,500 servicios de emergencias. Más de 200,000 personas fueron vacunadas para evitar las epidemias que amenazaban con afectar la población de la capital. En aquellos días se expandió una enfermedad de la piel que muchos comenzaron a llamarle “guachipa” y otros la señalaban como “la peseta”.
Sepelio de Oscar Santana, combatiente del 1J4 |
Unos 300 policías, dice el informe, murieron o desaparecieron durante la
revuelta de abril. Esta cifra aparece en el Listín
Diario del 30 de noviembre de 1965, pero en el periódico se explica que la cifra exacta no se podía
determinar hasta tanto no se reintegraran a sus cuarteles todos los agentes que
participaron en la guerra. Además, entre los muertos y desaparecidos se
incluyeron a muchos desertores que se encontraban o se fueron al interior del
país y que presumiblemente no tuvieron interés en seguir en las filas de la
Policía. Muchos de estos salvaron sus vidas
durante el asalto a la Fortaleza Ozama, cuando lograron cruzar a nado el río
Ozama y cruzar a la parte oriental de la ciudad, bajo control de las tropas de
Wessin y Wessin. Al momento del asalto, en la fortaleza había aproximadamente
una cantidad cercana a los 1,000 policías y muchos de ellos quedaron como
prisioneros de las fuerzas rebeldes, pero sus vidas fueron respetadas por los
constitucionalistas.
Aunque todavía los historiadores dominicanos
no se han puesto de acuerdo en relación a la cantidad de muertos, heridos y
desaparecidos en la contienda civil, Hamlet Hermann, en su libro "Eslabón Perdido; gobierno provisional
1965-1966", página 89, publicado en el 2009, reconstruye una parte de las
estadísticas de aquellos cinco meses de lucha civil-militar:
“Parecía no bastar a los militares que durante
los primeros 85 días del reciente conflicto armado, entre el 24 de abril y el
17 de julio de 1965, la Cruz Roja Dominicana comprobara y registrara 2 mil 850
civiles dominicanos muertos”.
“Las bajas estadounidenses durante los
combates fueron estimadas por sus propios organismos en 44 muertos y 172
heridos. De parte de las tropas dominicanas que se plegaron a los invasores
hubo 500 muertos de las Fuerzas Armadas y 325 de la Policía Nacional. Entre los
combatientes constitucionalistas se estimaron en 600 los muertos. Los heridos
en sentido general fueron estimados por la Cruz Roja en cerca de 3 mil”.
“Un estimado razonable de las bajas producidas
durante la crisis dominicana de 1965, muertos y heridos, podría señalarse entre
seis y siete mil personas. (Véase Palmer, Bruce; Intervention in the Caribbean;
the Dominican Crisis of 1965, The University Press of Kentucky, 1989, página
137)”.
Estas son las cifras más cercanas sobre los
muertos, heridos y desaparecidos en medio de la guerra de abril de 1965; pero
nadie se ha sentado a contar, con informaciones fidedignas, la cantidad de
prisioneros, fusilados, ni los torturados en manos de las tropas del CEFA y de
lo que para entonces eran las tropas de San Isidro, que fueron las fuerzas más
beligerantes en la lucha por evitar el regreso a la vida democrática y
constitucional. Algún día lo sabremos, esperemos.