SOCIEDADES CULTURALES 1930-35
AGRUPACIONES CULTURALES Y DICTADURA Por: Alejandro Paulino Ramos Las instituciones culturales que habían surgidos desde la época de la ocupación americana entraron, al producirse la llegada de Trujillo al gobierno, en un período de crisis en el que sus lideres intentaron reorganizarlas y adaptarlas a la nueva situación. El 14 de marzo de 1930 apareció la “Juventud Minorista”, con fines científicos, literarios y políticos, integrada por José Antinoe Fiallo, Max Lovatón, Mario Rafael Lluberes, Rafael Montás Franco, Fernando Rodríguez Objío, y José Ricardo Roques Martínez.[1] Apareció el 16 de mayo de 1931 la información sobre la constitución de la Acción Femenina Dominicana, organización que se planteó como objetivos fomentar bibliotecas, luchar por la mejoría de la mujer, y celebrar conciertos, exposiciones y conferencias.[2] La Asociación de Instrucción y Socorro para Obreros y Campesinos quedó organizada en Santiago de los Caballeros, el lunes 8 de junio de 1931. El presidente electo fue Ramón Vila Piola, y entre la directiva se encontraban: Francisco Monte de Oca,[3] Manuel A. Paulino, Alfonso Santiago, Leónte Aguilera Vélez, José Najul (sirio delator de la conspiración de Santiago de 1934), Armando O. Menicucci, Lorenzo Batista, y J. Gabriel Batista. Tenía como objetivo era establecer: “Un sistema más en consonancia con los adelantos de la época, en que actúa y triunfa, por sobre todas las injusticias sociales, el obrero universal, que ya ha despertado, dándose buena cuenta de que el porvenir le pertenece, siempre que se acoja a las tendencias educativas que crean toda clase de posibilidades, por medio de cultos y devociones leales a las soberanas virtudes de la UNION, de la CONFIANZA y del AHORRO que son los cimientos estables d todas las organizaciones redentoras de la masas humildes y sojuzgadas de obrero.”[4] La AISOC llegó a contar con más de 600 miembros y en ella, según su presidente, empezó a fundirse, con la inquietud ideológica, el espíritu de resistencia contra la incipiente tiranía[5]: “Fue clausurada por el Gobierno, no sin antes haber realizado una notable labor en los dos sentidos indicados. Al recibir yo, que presidía la Asociación, la orden de clausura, y no obstante la advertencia échame de no efectuar nuevas reuniones, convoqué de inmediato a una asamblea general para informar a los compañeros acerca del particular. La numerosa concurrencia (…), al enterarse de la arbitraria orden, manifestó su protesta en forma enérgica y ruidosa, convirtiéndose la reunión en un verdadero mitin antigobiernista”.[6] En cuanto a la aparición de la sociedad Acción Cultural, esta fue una iniciativa de integrantes de El Paladión, comenzando los trabajos para su constitución el 20 de julio de 1931. En ella se integraron los miembros de Plus-Ultra, Atenea (que había surgido en 1930), El Paladión y la Juventud Universitaria. Quedó definitivamente organizada el 30 de agosto de 1931, con Manuel A.Peña Batlle como presidente.[7] La primera crisis significativa de Acción Cultural se manifestó el 2 de septiembre de 1931, cuando un grupo de intelectuales presentó su renuncia a la postulación de la Junta Superior Directiva de la sociedad. El sector trujillista se preparaba para asaltar y tomar la directiva, lo que llevó al Lic. Gilberto Sánchez Lutrino, Dr. Viriato A. Fiallo, L. A. Machado González y Carlos Larrazabal Blanco, a tomar la decisión de renunciar de la sociedad: “Esta determinación nuestra la ha provocado la circunstancia de que se le haya dado al proceso eleccionario un carácter que nunca estuvo en nuestra intención mantener”.[8] Días después de la constitución de la Acción Cultural, comenzó a operar, a principio de agosto de 1931, El Ateneo Dominicano. La reunión fundacional fue celebrada en el Salón de Actos de la Universidad. Sus principales directivos fueron: Enrique Henríquez, Lic. M. de J. Troncoso, Dr. P. E. de Marchena, Lic. Francisco J. Peynado, Lic. Max Henríquez Ureña, Dr. Eduardo Soler, Lic. Armando Rodríguez, Felipe Vicini y Juan Tomás Mejía.[9] En el acto estuvo presente el presidente de la República. A finales de 1933 ya Acción Cultural se encontraba paralizada por la crisis que la afectaba y por las presiones que sobre el movimiento cultural realizaban las autoridades. En una información titulada “El Paradójico Hernández Franco”, está plasmada la situación anotada: “No sabemos que le pasa a “Acción Cultural”. Aquellos éxitos iniciales han ido desapareciendo implacablemente. Muy de cuando en cuando da señales de vida con un acto de cultura; pero el público se muestra remiso y no acude a sus salones. El sábado en la noche pudo haberlo aprovechado para comprobar que no hay divorcio entre el público y ella, ya que dictaba una conferencia un distinguido escritor dominicano; sin embargo, sólo unos cuantos asistieron al acto. (…). Desde mi punto de vista, fue un fracaso para “Acción Cultural”, la noche del sábado.”[10] (Las negritas son mías, A.P.R.) . La situación de miedo que abarcó todas las actividades culturales de la época queda reseñada en una carta pública enviada a La Opinión, el 8 de septiembre de 1931, por Rafael A. Peña, quien protestó porque ese periódico informó días antes que él había leído, en el acto constitutivo de Acción Cultural, un “escrito revolucionario”. Aunque Rafael Peña aceptó que seguía siendo un revolucionario, aclaró al periódico que su nota podía crearle “inconvenientes” con las autoridades. En cuanto a la ciudad de Santiago, esta fue un hervidero de actividades cívicas, culturales y revolucionarias en los primeros años de la dictadura. Se constituyeron organizaciones y las ya existentes fueron tomadas para fines que sutilmente apuntaban contra el gobierno. En 1932, como parte de esas actividades, se creó la primera Universidad Popular y Libre del Cibao, como iniciativa de Juan Isidro Jimenes-Grullón y utilizando para esos fines los salones de la Sociedad Amantes de la Luz, de la cual él era presidente.[11] Los cursos impartidos en esa universidad fueron: de Puericultura, Derecho Civil, Economía Política, Derecho Constitucional, Higiene Social, Historia de América, Historia de la Literatura Hispanoamericana, Flora Dominicana, Psicología aplicada, Arte y Estética Libre. El Sumo Pontífice del Postumismo, Domingo Moreno Jimenes, fue en ella profesor de Literatura, Federico Álvarez, Derecho Constitucional, y Rafael Moscoso impartió Flora Dominicana.[12] En febrero de 1933, la sociedad Amantes de la Luz de Santiago, cerró sus puertas por falta de recursos, pero realmente la represión era la causa principal de lo que estaba aconteciendo, ya que las autoridades redujeron la ayuda que entregaban a la institución. En carta a la prensa sus directivos informaron sobre las razones de la medida: “En sección extraordinaria celebrada ayer por la Sociedad “Amantes de la Luz”, se acordó lo siguiente: Habiendo quedado reducidas las entradas de la Sociedad a una suma que es insuficiente para atender a todos los gastos corrientes que acarrea su funcionamiento normal y al pago de los intereses de la deuda que ella tiene pendiente (…), y habiendo renunciado recientemente varios de los miembros que con más asiduidad asistían a las sesiones, por falta de quórum (Las negritas son mía, A.P.R); por estas razones se acuerda la suspensión, por tiempo indefinido, de los trabajos de la Sociedad y el cierre de su local.[13] La dictadura de Trujillo se fue imponiendo a través del chantaje, la manipulación, la represión, y del miedo, y las sociedades fueron desapareciendo mientras algunos de sus líderes iban a la cárcel, morían en los centros de torturas, o se iban integrando al gobierno. Las actividades fueron desapareciendo, la resistencia se hizo imposible y al final, a los intelectuales y profesionales solo le quedaba como alternativa la conversión. El venezolano Horacio Blanco Bombona, quien tuvo la gallardía de tocar temas que ya muchos informadores temían abordar, y por lo que en varias ocasiones fue presionado por las autoridades, informó en 1934, del cierre del ciclo. La dictadura había vencido: “Hace dos o tres años que se notaba en el país una gran actividad cultural. Frecuentemente en centros sociales como el Club “Nosotras”, “Acción Cultural”, “El Ateneo”, se dictaba conferencias, muchas veces interesantes, a las cuales concurría un numeroso público ávido de conocimientos. Llegamos a alentar grandes esperanzas ante tal panorama. Pero no sabemos lo que nos ha sucedido. “Acción Cultural cerró ya sus puertas. El Ateneo está en estado cataléptico. Se sabe que tiene un local en la calle Colón; pero no se sabe otra cosa. El Club “Nosotras” ha cesado sus desinteresadas actividades culturales y cuando tiene ahora algún acto, el público no asiste. La Casa de España ha logrado hacer dictar una conferencia mensualmente en sus salones. Pero no se descubre en la asistencia el entusiasmo de años anteriores, por tal clase de actos. Esperamos que el empuje cultural de la sociedad dominicana cobre nuevos bríos. No hay razón para que nos halla embargado tanto desaliento.”[14] (Las negritas son mías, A.P.R.). [1] La información sobre esta agrupación aparece en “Mito y cultura en la era de Trujillo”, de Andrés L. Mateo, op. cit., pág.84). [2] Listín Diario, 16 y 21 de mayo 1931. La Opinión, 8 de Agosto de 1931. [3] líder obrero que murió en la cárcel de Nigua en 1934 [4] El Diario, 9 de Junio de 1931, Santiago. [5] Roberto Cassá, en Movimiento Obrero y Lucha Socialista, op. cit., págs.219 y ss., reconstruye las actividades de esta organización. [6] Ramón Vila Piola. op. cit., págs.15 y ss. [7] Para más información sobre la formación de la Acción Cultural véase el capitulo “El Paladión Se Define”. [8] Parte considerable de todo lo relativo a la sociedad literaria Acción Cultural fue tomado de la recopilación de recortes periódicos hecha por los estudiantes de Intec, de la asignatura Historia Social Dominicana II, que imparte el Prof. Antinoe Fiallo Billini. Los estudiantes responsables de la recopilación son: Ilonka Castillo, Miguelina Franco, Leandro A. Lebrón y Francisco J. Ramírez... [9] Bahoruco, No.53, 15 de Agosto de 1931. [10] Bahoruco, No.16, 9 de septiembre de 1933. [11] Juan Isidro Jimenes-Grullón fue electo como presidente de los Amantes de la Luz en junio de 1931. En esa directiva estaba Luis Emilio Perelló, Luis Emilio Álvarez, Domingo Bergés Bordas, Virgilio Cabral, Lorenzo Pellerano, Apolinar Morel, Pbro. Manuel de Jesús González y julio de Peña. Véase Bahoruco, No.44, 13 junio de 1931. [12] Véase “En Santiago de los Caballeros se crea la primera Universidad Popular y Libre de Las Antillas”. El Día Estético, Año 4, No.12, y “El Calendario Personal Estético”. El Día Estético 1937. Esta revista era órgano del Movimiento Postumista que dirigían Domingo Moreno Jimenes, Andrés Avelino y Rafael Zorrilla. [13] Bahoruco, No.132, 18 de Febrero de 1933. [14] Bahoruco, No.211, 8 Septiembre de 1934. |